- No piense en lo que va a ganar con el negocio, piense primero en todo cuanto puede perder, siempre existe la posibilidad de que resulte fallido, aplicando este principio, tener presente lo que puede perder, le permitirá mantener la objetividad.
- Busque asesoría de un profesional del derecho, con el fin de que estudie todo lo relacionado con el negocio y lo documente en debida y legal forma, ello aminorara los riesgos de fracaso, propios de cada negocio.
- Cerciorase de la calidad de la persona, con la cual pretende efectuar el negocio, especialmente para determinar si es verdaderamente quien dice ser.
- Busque comprobar los documentos, los relacionados con los bienes, los que son objeto del negocio, no estén adulterados y/o en su defecto, procure que, una persona idónea los analice.
En muchas ocasiones, por solo pensar en los beneficios y ganancias que nos dejará un negocio, olvidamos todo cuanto tenemos por perder, pensar así limita la capacidad de raciocinio, lo cual amplía las posibilidades de convertirse en víctima de estafadores, la intervención de un tercero, asesor, puede marcar la diferencia.